El comercio es humano, el distribuidor controla tus emociones desde una perspectiva divina, utilizando la subida y caída. Tu orgullo, tu arrogancia, tu arrepentimiento y tu colapso ocurren en un instante. El mercado cosecha los deseos, los rencores y las ilusiones humanas. Su mayor peligro es hacerte mirar brevemente el mundo exterior desde el borde del pozo antes de caer nuevamente. ¡Esta enfermedad mental no se cura fácilmente para todos!
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